Ordo Fratrum Minorum Capuccinorum ES

Log in
updated 11:54 AM UTC, Mar 20, 2024

Tres nuevos venerables: Serafino Kaszuba, Maria Lorenza Longo y Francisca del Spirito Santo

El 26 de septiembre de 2017, en la Sesión Ordinaria de Cardenales y Obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, se dio el voto positivo reconociendo las virtudes heroicas del Siervo de Dios Serafín Kaszuba (Luis Casimiro) (1910-1977), profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos de la Provincia de Cracovia; María Lorenza Longo (1463-1539), clarisa capuchina fundadora en Nápoles de las Clarisas Capuchinas llamadas de las Treinta y tres y del Hospital de los Incurables y de Madre Francisca del Espíritu Santo (Carolina Baron) (1820-1881), fundadora de las hermanas de Terciarias Franciscanas d Montpellier. El 9 de octubre de 2017 siguiente, el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar los respectivos decretos.

Serafino Kaszuba, 1910-1977

Serafino Kaszuba

Alojzy Kazimierz Kaszuba nació el 17 de junio de 1910 en Lopoli, entonces territorio polaco, ahora ucraniano. Hijo de Karol, obrero, y de Anna Horak, ama de casa, ambos Terciarios francisanos. Los primeros estudios los realizó con los Capuchinos que regían la Parroquia. Obtenido el diploma, contrariamente a lo que hubiera querido su madre para él, el 3 de junio de 1928 pide ser admitido entre los Frailes Capuchinos, iniciando, al poco tiempo, el noviciado en Sędziszów Małopolski. Se le dio el nombre de fr. Serafín, aunque hubiera preferido el de Stanislao.

Trasladado a Cracovia el 10 de septiembre de 1929 emitía los votos temporales, confirmados el 9 de septiembre de 1932 con la profesión perpetua. El sábado 11 de marzo de 1933 en la iglesia de los Capuchinos de Cracovia fue ordenado sacerdote por la imposición de las manos y la oración cosagratoria del Obispo Mons. Stanislao Rospond.

Junto a la normal actividad apostólica y pastoral recibe la obediencia para inscribirse en los cursos de filosofía polaca en la facultad de filosofía de la Universidad Jagellonica, doctorándose el 17 de junio de 1939. Su primer campo pastoral fue la enseñanza en el estudiantado capuchino de Razwadów y la dirección del “El vuelo seráfico” y de “Paz y Bien”, revistas de la Provincia de los Capuchinos.

Cuando estalló la segunda guerra mundial, el 1 de septiembre de 1939, el Siervo de Dios se encontraba en Leopoli para asistir a su madre que fallecerá el 1 de abril de 1940. Allí se enteró de la invasión alemana a Polonia y vivió la invasión de las tierras orientales de Polonia y de Leopoli por parte de la Armada Roja.

Inmediatamente a la muerte de la madre aceptaba la invitación de padre fr. Bolesław Wojtuń y se trasladaba a  Ludwipol en Volina iniciando un peregrinaje de parroquia en parroquia, de viaje en viaje, para suplir la ausencia de sacerdotes, y huyendo de la constante amenaza de muerte, porque siempre estaba bajo la vigilancia de las brigadas de la U.P.A., el Ejército Insurreccional Ucraniano.

En la Navidad de 1940 llegó a Karasin en Volinia, pero la apertura del frente alemán-ruso causó la destrucción de gran parte de los pueblos de esa región. Sin perder el ánimo, junto a los fieles de la parroquia se refugió primero en Bystrzyca y luego en Dermanka.

En diciembre de 1941 fue arrestado por la milicia ucraniana con la falsa acusación de posesión de armas y una radio. Liberado en la vigilia de Navidad comenzó a visitar las familias polacas de la región, ya en posesión soviética.

En noviembre de 1943 durante un asalto del Ejercito Insurreccional Ucraniano, dejaba, usando un extraño modo, Emilczyn refugiándose en Stara Huta, en territorio ocupado por la Armada Nacional Polaca, donde había 8.000 prófugos católicos.

Durante la primavera de 1944, luego de la retirada del ejército alemán, la Armada Roja hizo su segundo ingreso en Volinia y, luego de la conferencia de Yalta, inició para los polacos residentes en esta región, un verdadero y propio período de deportaciones. También el Siervo de Dios tendría que haberse repatriado pero el 11 de agosto de 1945 abandonaba el tren de “repatriación” decidiendo quedarse en Volina. Así desde agosto de 1945 hasta abril de 1958 fr. Serafín fue párroco, reconocido por las autoridades comunistas, de una parroquia que se extendía por muchos kilómetros cuadrados.

El 11 de abril de 1958 el gobierno comunista lo privó de los derechos sacerdotales cerrando al mismo tiempo las iglesias de Równe, Zdolbunów, Ostróg, Sarny. Al pedido del gobierno de dejar el territorio soviético, fr. Serafín, sostenido por las comunidades cristianas, continuó su apostolado, ahora ilegal. Dejado Równe se fue primero a Sambor y luego a Kazakistan, para ir más tarde a Crimea; en la Navidad de 1961, llega Kiev y Leningrado donde se queda hasta 1963, cuando partió a Letonia.

El 6 de marzo de 1966 fue arrestado y condenado por “vagabundeo” a cinco años de exilio con destino en Arykty y el 6 de agosto siguiente fue enviado Arszatynsk a donde trabajó en una panadería. Su salud, probada por los trabajos primero pastorales y luego por trabajos pesados: encuadernador de libros, fogonero en un hospital, farmacéutico, se enferma hasta el punto de no poder trabajar más.

El 16 de noviembre de 1966 fue revocado su exilio y pudo llegar a Celinogrand donde retomó su actividad pastoral. Pero el 22 de diciembre del mismo año fue nuevamente arrestado y condenado a 11 años de reclusión en un asilo de ancianos, mutilados y lisiados en Mala Timofijewka. Durante los primeros días de febrero de 1967 lograba fugarse retomando su apostolado clandestino.

El 7 de agosto de 1968, frente a la noticia de la muerte de su hermana María, fr. Serafín buscó regresar a Polonia donde llegó recién el 19 de agosto. Después de visitar Cracovia, llegó al convento de Wroclaw donde tenía la intención de permanecer brevemente, pero su estado de salud lo retuvo en Polonia hasta el 13 de junio de 1970 cuando, restableciéndose y obteniendo los permisos necesarios, retornó a Kazakistán. Dos episodios de este período son significativos: en la ciudad kazaka de Taincza las autoridades dieron el permiso para construir una capilla pero con la orden taxativa de no dejar nunca celebrar a fr. Serafín. Los cristianos del lugar habiendo construido la iglesia y acogiendo siempre a fr. Serafín no le permitieron celebrar en este lugar. En estos años fr. Serafín se fue a un pueblito de Uzbekistan, porque el sacerdote local se había hecho seguidor del Obispo Marcel Lefebvre.

El 19 de septiembre de 1977 volviendo a Leopoli luego de un viaje a Rowne, el transporte en el cual fr. Serafín viajaba junto a otros sufrió un desperfecto y los pasajeros debieron llegar a un pueblo cercano a pie, en duras condiciones climáticas. Fr. Serafín fue acogido por una católica ucraniana, pero durante la noche del 20 de septiembre de 1977 se apagó en la habitación en la que se alojaba, sentado en su silla y caído sobre su breviario. Los funerales se realizaron el 22 de septiembre de 1977 y fue sepultado en el cementerio de Janowski en Leopoli.

María Lorenza Longo, 1463-1539

Maria Lorenza Longo

Las obras realizadas por la Sierva de Dios María Lorenza Longo, aún hoy, después de 500 años dan gloria a Dios y son signo de la bondad de Dios hacia sus hijos.

Las grandes obras realizadas por ella, como el hospital de Santa María del Pueblo de los Incurables y la fundación del protomonasterio de la Orden de las Clarisas Capuchinas, dedicado a Santa María en Jerusalén, aún viven e iluminan con la belleza, la caridad, la oración y la contemplación a la Iglesia de Dios en Nápoles y en el mundo.

María Lorenza Longo, mujer catalana, nación en Lérida entorno a 1463. Se casa con Joan Llonc (Longo), valenciano, con quien tuvo tres hijos. En 1480, fue envenenada por una sierva suya durante una fiesta de baile, y quedó paralítica de las manos y los pies. En 1506, luego de un discernimiento acompañado por mucha oración, por el consejo de un eremita, acompaña a su marido a Nápoles, como regente de cancillería del Rey Fernando el Católico, que muere prematuramente en 1509.

Según su deseo, es llevada como peregrina al santuario de Loreto ¡donde se sana milagrosamente durante una celebración eucarística! A su regreso, María Lorenza decide dedicarse a los pobres y a los enfermos en el pequeño pueblo de San Nicola al Molo. En 1519 invitada por Ettore Vernazza, notario genovés y fundador de la Compañía del Divino Amor, acoge la inspiración divina de dar vida al Hospital de los Incurables en Nápoles que fue construido en 1522 en el lugar actual.

Luego de 13 años de asistencia a los enfermos, María Lorenza junto a otras amigas, bajo la dirección de San Cayetano de Thiene, aún queriendo ir como peregrina a Tierra Santa, accede al pedido del Señor de fundar un monasterio para vírgenes en Nápoles. Entre las numerosas pruebas, alentada por el Card. Andrés Mateo Palmieri, obtiene del Papa Pablo III la bula de fundación del Monasterio de Santa María en Jerusalén, “Debitum Pastoralis Officii”, bajo la regla de Santa Clara de Asís, las constituciones de Santa Coleta de Corbie y normas sobre la clausura de ellas emanadas, y así junto a 12 hermanas emitió los votos religiosos ¡dando la posibilidad a tantas jóvenes de bajos recursos de poder responder a la vocación contemplativa! El año siguiente el número fue fijado en treinta y tres, ¡número con el cual el protomonasterio de las Capuchinas es conocido hasta hoy!

En 1538 el monasterio fue confiado al cuidado de los Capuchinos con un motu proprio del Papa. Moría el 2 de septiembre de 1539. Apreciada por los papas y los obispos, como por San Carlos Borromeo, la reforma capuchina femenina se expandió por toda Italia, España, Francia hasta llegar al nuevo mundo, con fundaciones en Centro y Sudamérica.

¡Aún hoy, luego de 500 años, el hospital de Santa María del Pueblo de los Incurables continúa su actividad asistencial y la Orden de las Clarisas Capuchinas, que la reconoce como fundadora, con casi 200 monasterios en todo el mundo y cerca de 10 hermanas capuchinas que fueron reconocidas por la Iglesia como santas y beatas!

Francisca del Espíritu Santo, 1820-1882

Francesca dello Spirito Santo

Carolina Paulina nace el 12 de diciembre de 1820 en Mailhac, en la región francesa del Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées, primogénita de Antonio Baron y Francisca Rosa Justine Granier. Sus padres fueron sus primeros educadores en la fe y aún pequeñísima es llamada a enseñar el catecismo. Desde 1825 a 1830 concurre a la escuela elemental de las Hermanas Notre Dame en Narbona para pasar luego a estudiar en el colegio de las Hermanas de San José, llamadas “de Léon”, en Saint-Pons: aquí, a los doce años, recibe la Primera Comunión.

Luego de haber obtenido el diploma de maestra, movida por la vocación religiosa, el 24 de septiembre de 1836 fue admitida entre las Hermanas de San José. En septiembre de 1840 emitía la profesión perpetua y al mismo tiempo se le asigna la tarea de maestra en Montpeyroux y, vistos los excelentes resultados, en 1847 le fue confiada la dirección de la escuela más importante de Bédarieux, oficio que desarrolla hasta 1851. Sus logros, no solo en el campo escolar, le traen sospechas y calumnias por parte de lagunas religiosas llevando al Consejo General de la Congregación a decidir incardinarla en otra Provincia de la Congregación y trasladarla a Mailhac, donde fue nombrada asistente y maestra novicias.

En 1856 se le confía la fundación de una escuela en Lézignan cerca de Lailhac, instalada en un antiguo monasterio de Clarisas suprimidas durante la revolución. En el recorrido entre la casa a la escuela había una capilla que pertenecía a la Tercera Orden Franciscana donde se detenía a orar. Es en este lugar donde encontró y se nutrió de la espiritualidad de San Francisco de Asís y donde comenzó a practicar con mayor intensidad la piadosa devoción del Via Crucis.

Dividiendo su tiempo y trabajo entre el noviciado en Mailhac y la escuela en Lézignan, la Sierva de Dios se ganó la simpatía de las alumnas y de las familias, como también la estima del clero por su colaboración efectiva en la formación de los niños. Fue un logro completo, recogiendo excelentes resultados a nivel pedagógico y religioso, pero al mismo tiempo despertando, por la novedad de este apostolado masculino, fuertes celos.

La situación se hizo tan difícil y dolorosa que la Sierva de Dios sintió la necesidad de hablar con el Obispo, Mons. Charles-Thomas Thibault que, como superior eclesiástico de las Hermanas de San José, le ordenó salir y, conservando el hábito, volver a su familia hasta que no le dé otras indicaciones. En mayo de 1859 Mons. Charles-Thomas Thibault la dirigía a un Instituto en el cual desarrolló su ministerio. Mientras hacía este camino se encontró con Louis Faurie, párroco de Rayssac-sur-Lampy, terciario franciscano que la inscribió en la Tercera Orden Franciscana el 11 de octubre de 1860, la vistió con el “hábito de la Penitencia”, agregando a su nombre el de François du Saint-Esprit.

El mismo don Louis Faurie le presentó al jesuita padre Clément Cathary, que estaba por partir hacia Madagascar y al franciscano observante, padre Léon de Clary. Con el consejo de ellos y el apoyo de los Frailes Capuchinos de Toulouse, la Sierva de Dios comienza la fundación de una nueva Congregación religiosa.

El Instituto de las Terciarias Franciscanas de Montpellier recibe la aprobación de Mons. Charles-Thomas Thibault el 16 de diciembre 1860, autorizando a la Sierva de Dios y a otras tres compañeras a establecerse en una casa en Saint-Chinian, a partir del 3 de abril de 1861. El 4 de abril en el jardín de la nueva casa fue entronizada la Cruz y el 5 de abril se abrió la escuela con 30 alumnas. En 1866 la Congregación era agregada a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos.

La Sierva de Dios, nombrada Superiora General por Mons. Charles-Thomas Thibault en 1861, fue reelecta en los Capítulos generales por unanimidad hasta el último Capítulo en 1878. Poco tiempo después de la celebración del Capítulo general, la Sierva de Dios comenzó a manifestar signos preocupantes en su estado de salud que alarmaron a las hermanas y se le aconsejó tomarse un período de descanso y de recuperación en Lamalou-les-bains, pero sin ninguna mejora. Serán cuatro años de continuas enfermedades.

La noche de Navidad de 1882 asistió a la Santa Misa queriendo luego encontrarse personalmente con todas las hermanas presentes pidiéndoles que le cantasen algún canto. En la mañana recibió los últimos sacramentos con plena conciencia, muriendo el 28 de diciembre de 1882, día de los santos Inocentes, a las 2 de la madrugada.

 

Modificado por última vez el Lunes, 23 Octubre 2017 23:53