Los Capuchinos por las calles de Barcelona

Mayo 17, 2018
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Barcelona (España). Desde el 4 al 6 de mayo de 2018, unos treinta hermanos provenientes de diversos países europeos se reunieron en Barcelona, para vivir junto a los hermanos de la Provincia de Cataluña una breve misión fraterna llamada “Sant Francesc visita els carrers de Barcelona” (San Francisco visita las calles de Barcelona). Teníamos con nosotros un manto que San Francisco de Asís le había regalado a Santa Isabel de Hungría, entregado luego a San Luis IX Rey de Francia y, luego de varias vicisitudes, llegó a los frailes capuchinos de Francia, que lo custodian en su convento de París.

El viernes por la mañana, el primer acto de la misión fue la peregrinación al santuario de Montserrat para encomendar la misión a la Virgen María. Por la tarde nos llegamos a la Plaza Cataluña, la plaza principal de la ciudad, donde instalamos un stand. Algunos hermanos estaban en el stand para recibir a los curiosos y dar información sobre la misión. Los otros, de en dos, fueron a las calles de los entornos (entra las cuales las Ramblas), para encontrarse con la gente, sobre todo con los jóvenes, porque a la noche habían organizado una vigilia franciscana para ellos, en colaboración con el servicio diocesano de pastoral juvenil. Este “ir” no era sólo una invitación, sino también un modo de evangelizar.

A las 21 nos encontramos en la iglesia de Sant Jaume donde, en presencia de la reliquia, vivimos un momento de alabanza y de adoración eucarística. Luego fuimos en procesión con la reliquia por las calles del centro de la cuidad. Acompañados por la “hermana lluvia”, siguiendo al crucifijo de San Damián, cantando las alabanzas al Señor. Esta simple, pero significativa procesión, suscitó la curiosidad de tantos transeúntes: algunos que nos veía se hacían la señal de la cruz, otros mostraban diversos signos de aprecio y, sobre todo algunos, nos inmortalizaban sacando numerosas fotos.

Luego hicimos dos estaciones particularmente significativas. La primera en el atrio de la iglesia confiada a la comunidad San Egidio, donde recordamos el encuentro de Francisco con el leproso y su amor a los pobres. La segunda estación en el arzobispado, donde nos esperaba el arzobispo de Barcelona, el Cardenal Juan José Omella. Con quien hicimos memoria del gesto del Obispo Guido, que con su manto cubrió a Francisco al desnudarse en la plaza de Asís. Luego de la calurosa acogida y la bendición del cardenal, retomamos el camino hasta la iglesia de Santa Ana, donde cada uno pudo venerar el manto de San Francisco.

El día siguiente, sábado, colocamos nuestro stand franciscano junto a la iglesia de Pompeya y, con la animación fr. Hayden Williams OFM Cap., gran pasión se invitó a los presentes a recibir el don de la reconciliación con Dios, para convertirnos a su vez en reconciliadores en nuestro entorno. El domingo por la mañana, la misa presidida por nuestro Vicario general fr. Štefan Kožuh, concluyó la misión.

Antes de la misa nos reunimos para compartir los momentos más importantes de estos días. Todos hemos confesado la alegría de haber vivido una bellísima experiencia de fraternidad internacional. Fr. Pio Murat, responsable del Proyecto Europa, subrayó cómo la primera fuerza de la misión capuchina es precisamente la fraternidad.

Y ahora algunas “florecillas” de la misión. Un joven, que rápidamente se declara ateo y que para nada le interesaba hablar con los frailes, luego de que se abre, termina rezando el Padrenuestro y pidiendo la bendición. Otro joven sordo, frente a la reliquia de San Francisco, pide con ternura cómo hacer para venerarla y cómo poder orar para ser sanado por Dios. Un fraile es detenido por un grupo de jóvenes, que le piden poder hacer una foto con él, porque están participando en un concurso titulado: “Una selfie con la persona más extraña que encuentres por la calle”.

Un gran agradecimiento al Señor por esta bellísima experiencia de misión fraterna internacional y a los hermanos de Cataluña por su espléndida acogida.

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